Ni fotos, ni notas escritas, ni contratos firmados. Fue el valor de la palabra lo que llevó al éxito una de las operaciones más arriesgadas y hasta ahora secretas que finalizó con la liberación de Nelson Mandela y el intercambio de prisioneros en el sur de África.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/12/03/actualidad/1386104421_683579.html